¿Es muy osado que en Costa Rica nos propongamos declarar un día, como el día del inicio de una nueva civilización de Paz con la Tierra?
Esta es una pregunta que me surgió hoy y que me propongo responder con mis reflexiones y las de ustedes. Para mí NO es demasiado atrevido, sino remontémonos a enumerar algunos logros que hemos alcanzado como sociedad y cultura; tenemos casi la cuarta parte del territorio con alguna forma de protección, si lo vemos en retrospectiva (y aunque nuestras ciudades no lo reflejen), los que propusieron el sistema de conservación de los recursos naturales querían una sociedad que no fuera lo ambiciosamente depredadora como para destruir toda la belleza sobre nuestro suelo. La verdad, ya habíamos demostrado en muchas partes que la capacidad de arrasar con los bosques era ilimitada y solo con una prohibición explícita se lograría controlar ese avance. Algunos finqueros fueron inteligentes y valientes y no dilapidaron sus bienes al mejor postor. Vemos y comprobamos cada día como hay gente que no tiene respeto alguno por la vida que se nos regaló en bandeja de oro, por ejemplo los que matan por deporte; una pantera, una familia de galanes sin ventura, o talan los remanentes de bosques en lugares sin protección. Lo bueno es que todo esto desata mucha indignación, despierta la compasión y nos confirma que esta vía no es la que queremos. Esta es una manifestación de la ignorancia, ignorancia con un rifle, o con una moto sierra. Si acabamos con esa ignorancia empezaremos a restituir más valores de los que poseemos y a recuperar nuestro respeto por la vida en la Tierra. También está el otro extremo de la ignorancia, la que tiene buen billete, la del acumulador avaro que desea cada vez más a cualquier precio. Esta es una casta muy peligrosa por su relación cercana con el poder corrupto. Aquí si vale la pena usar el recurso de la demanda colectiva, unidos en una sola voz en común que nos convoca por lo que NO queremos.
Hoy lo que queremos, lo que ambicionamos es lo que SI es posible imaginar como parte de un futuro para las próximas generaciones y es que, nosotros con nuestros recursos podemos convocar a los que sienten en su corazón la necesidad de un cambio de timón. Pueden ser decenas, centenares, ojalá miles de personas las que den inicio a esa nueva forma de relación con nuestra Madre Tierra en comunión espiritual, reconociéndonos una parte de ella y del Gran Misterio que nos da vida a ambos.
Pensemos que Costa Rica tiene una voz, y la autoridad moral que le confiere el respeto por su territorio, el hecho de haber abolido un ejército, que como comprobamos en el mundo, cada día se usa más contra sus propios pueblos. Tenemos por lo tanto el compromiso de mostrar formas posibles de coexistencia que no nos auto aniquilen y que más bien nos hagan grandes.
Esta es una reflexión inicial que espero sea complementada con sus opiniones. Guillermo. CR
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