El
argumento de la pelìcula Albert Nobbs nos presenta a una mujer que se disfraza
como hombre para poder trabajar en una casa de huéspedes en la ciudad de
Dublín y sobrevivir en la Irlanda de la
época victoriana del siglo XIX. Tres décadas después se encuentra perdida
dentro una personalidad que emplea como fachada y que ha diluido por completo
la suya. Construye su propia prisión hasta que esta careta se resquebraja
cuando ya no se puede sostener más.
Esta recreación de un personaje irreal se puede extrapolar a una realidad no tan simulada. La que viven de hecho muchas personas que tienen que esconder una de las facetas de su personalidad para ajustarse a la colectividad. La sociedad utiliza muchas formas de discriminación para hacer una distinción o segregación que coloca en una posición desventajosa a muchas minorías.
El ocultar lo que soy no es sostenible para ninguna persona, porque significa la
limitación de sus capacidades naturales. Esto nos coloca en una posición de desventaja
al sentirnos muchas veces desprotegidos o atrapados sin quererlo en las redes
de un convencionalismo falso. Los
elementos discordantes y sin armonía en nuestras vidas se pueden reflejar en
los sentimientos y emociones que crean desequilibrios y hasta enfermedad.
Para muchos de nosotros el “firmar la paz con mi naturaleza esencial”, es un gesto, que nos da
algunas herramientas para ser los constructores en el plano material de nuestra
propia existencia. El reconocer lo que se soy
ahora es palpar nuestra autenticidad. El confrontar y confrontarnos con
nuestra misma esencia es una forma de desarrollar nuestra identidad, ser consecuentes
y responsables de nuestros actos. Una persona íntegra no puede dejarse llevar
por el desconocimiento o la ignorancia de otros, esto nos aprisiona. Allí yace
la oportunidad para poner las cosas en orden. La sanación empieza en nuestro
interior. La posibilidad de amar está a nuestro alcance si permitimos amarnos a
nosotros mismos. La confianza en sí mismo nos abre posibilidades, nos da alas.
La verdad nos hace libres.
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