El firmar la Paz con
la Tierra siempre lo hemos asociado a encontrar la paz interior. Este es un postulado que enunciamos en el yoga como una
“fuerza vital”: en que nos alineamos
al “propósito de la vida en la Tierra”.
Esta premisa nos diferencia de miles de otras iniciativas que luchan por el
planeta pero sin hacer un verdadero ejercicio introspectivo.
Para muchos de nosotros “firmar la paz con mi naturaleza esencial” es factible sí, haciendo
un profundo autoanálisis, “recordamos” lo
que somos e indagamos sobre la misión que podemos y/o debemos cumplir en el
gran proyecto planetario. Hacer sostenible la vida en la Tierra es totalmente compatible con nuestro crecimiento espiritual
y superación personal.
Este es un proceso que hemos experimentado los que
encontramos en el Yoga para el Alma
la oportunidad de buscar,
reconocer y contrarrestar las fuerzas
dominantes en nuestro cuerpo mental (o mente). Muchos son patrones de
pensamiento adversos que se transforman en ondas
vibratorias negativas que nos inducen al miedo, el enojo, la tristeza y
desesperación. Al alimentar las obsesiones y tensiones nos estancamos. Estos
sentimientos son inspirados por el ego humano y van
creando pensamientos tóxicos que pueden gradualmente contaminar el
cuerpo, llegando muchas veces a enfermarlo.
Estamos en un contexto en que cada
vez se hace más difícil que alguien imagine un futuro brillante y promisorio.
Somos incapaces de encontrar la alegría y serenidad en nuestra vida. Parecen
sobreponerse las intenciones y acciones motivadas por egos siempre
insatisfechos y ambiciosos de poder.
Con un trabajo conciente logramos sintonizarnos hacia las
frecuencias vibratorias requeridas para contrarrestar estas formas discordantes
de pensamiento, y de baja frecuencia.
En el Yoga para el Alma se dispone de un método para despertar las facultades y las elecciones del alma animando
los
dones, las
fuerzas, las cualidades y las afirmaciones del alma. (Ver 1) Con estas guías vamos refinando y elevando los
patrones de frecuencia utilizando el discernimiento
para aprender a reconocer lo cierto. Volvemos a ver hacia nuestro
interior. Esto nos permite ganar un
sentido elevado de auto-conciencia, y
nos lleva a ver el panorama completo. La
importancia de este hecho es que iniciamos con un despertar en que podemos alcanzar un nuevo nivel de consciencia espiritual
y
con mucha profundización descubrimos que somos Conciencia Pura.
Somos constructores en el plano material de nuestra propia existencia.
Podemos hacer resonar nuestro cuerpo y mente en las frecuencias
de la armonía, transmitiéndoles un sentimiento de equilibro y bienestar.
Es
un ejercicio sano neutralizar y armonizar muchos de los rasgos
negativos de la personalidad. Todos los patrones de frecuencias negativos tenderán
a desaparecer cuando paremos de alimentarlos con desequilibrios, restricciones
y energías descendentes que solo llevan a la oscuridad. Esta confrontación
es
una gran oportunidad para re-evaluarnos, revisarnos y actualizarnos
con una sana autocritica.
Podemos potenciar nuestras virtudes, cualidades,
talentos y habilidades si participamos de este proyecto cuya meta final es
invaluable: hacer sostenible la vida en
la Tierra, participando en el proceso de construir desde los cimientos de
cada alma “una Nueva Era de Paz con la
Tierra”. Apelemos a nuestro potencial de auto maestría y poder co-creativo
emergente. La energía de la colaboración
podría permitir
el trascender lo conocido. Ya Krishnamurti, había
propuesto que: “…hay una sola conciencia
de la humanidad… Es toda una única conciencia”… “la conciencia de la humanidad
es una totalidad inseparable.”… También dice que “la conciencia del mundo es mi
conciencia”. Estas
afirmaciones preceden a nuestra idea de que en realidad SOMOS UNO con la Conciencia Planetaria. Somos responsables de todo
lo que le suceda a nuestra Madre Tierra,
su sanación es la sanación de
nuestro propio corazón. El proyecto social humano no puede seguir desintegrado de
esta CONCIENCIA PLANETARIA,
maravillosamente diversa y generosa. En realidad SOMOS UNO, en Divinidad y Gratitud.
La energía
del SÍ
Sí es posible y lo estamos logrando. Por eso es
tan estimulante todo este proceso del Día Uno. Siempre se ha trabajado para que
energéticamente se sume hacia lo positivo. Se trata de trabajar por una idea,
un ideal, un sueño, o una visión anexando voluntades, reuniendo espíritus
optimistas, labrando sendas de esperanzas por un mundo en que no todo está
perdido.
Vibramos en modo positivo atrayendo personas, cosas o situaciones que nos
transmiten armonía y alegría porque para nosotros es posible un viraje de timón. Esta es
la mecha que enciende el motor que guía a unos pocos aventurados, (al inicio)
cuyo atrevimiento y visión de futuro puede ser el germen que contribuya a la
humanidad a dar un salto cualitativo.
La vibración de muchos SÍ hará que por sinergia mucha gente e
instituciones se integren a una causa que puede dar como resultado algo más
grande y extraordinario que la simple suma de muchos esfuerzos bien
intencionados pero muy atomizados. Ya los logros impresionan, las nueve tribus
costarricenses sentadas trabajando en un proyecto común, la Alianza Carbono
Neutral, y muchos líderes espirituales de todo el mundo haciendo una oración
común.
Encenderemos el fuego que procura
la unión de muchas tribus humanas y creemos que se puede lograr un mundo mejor
cambiando nuestra actitud. Podemos lograr una Era de Unidad y de Paz con la
Madre Tierra si cada uno de nosotros está en paz consigo mismo y con su naturaleza
esencial.
Un “sí”, se activa una liberación de dopamina, la hormona de la recompensa y el bienestar.
El 19 de noviembre del 2012 salió en La Nación
de Costa Rica, un artículo muy interesante que titularon “Las palabras pueden cambiar su cerebro” donde se informa que
varios científicos han explorado cuál es el poder de las palabras y su impacto
en el cerebro. Se trata del estudio de los psiquiatras y profesores de las
universidades de California y Thomas Jefferson, Mark Waldman y Andrew Newberg.
Ellos publicaron su investigación sobre el tema en un libro titulado Las
palabras pueden cambiar tu cerebro. En él reflexionan sobre las cargas de las
palabras negativas y positivas y explican, por ejemplo, que cuando se escucha
la palabra “no” al comienzo de un
diálogo, el cerebro empieza a liberar cortisol, la hormona del estrés y la que
nos pone en alerta. Por el contrario, cuando escuchamos un “sí”, se activa una liberación de dopamina, la hormona de la
recompensa y el bienestar.
Continúa el artículo citando a Leonardo
Palacios, neurólogo de la Universidad del Rosario, quién asegura que toda
expresión hablada, sea positiva o negativa, produce una descarga emocional
desde el cerebro.
Una palabra negativa o insultante activa la
amígdala, estructura del cerebro vinculada a las alertas, y genera una
sensación de malestar, ansiedad o ira. Y es ahí cuando la persona tiene dos
posibilidades: responder de una manera similar (incluso con una agresión
física) o actuar con indiferencia, acudiendo a la razón.
Las palabras positivas o estimulantes son
asimiladas por el hemisferio derecho del cerebro, que es el de las emociones.
Por lo tanto, van a generar placer, sorpresa y alegría. Sin embargo, aclara
Palacios, todo depende del tono, el volumen y el contexto. “Hasta la ofensa más
horrible puede ser asimilada si se dice en tono suave y amable”.
Comunicarse mejor. Ariel Alarcón Prada,
psicoanalista y líder de un programa para la reducción del estrés, afirma que,
antes que analizar las palabras, hay que revisar los procesos mentales y
emocionales que las producen pues aquellas son una consecuencia final. La
persona siente una emoción, la procesa internamente y luego escoge una palabra
para denominar una emoción, y la comunica. Y ese proceso, es inconsciente.
Lo realmente importante es analizar el estado emocional de las personas y
el porqué de la amargura o agresividad que las lleva a usar malas palabras. Es
decir, tienen que buscar una reparación
emocional para que puedan comunicarse mejor.
Hasta aquí la transcripción (Ver artículo
completo en http://www.nacion.com/2012-11-19/AldeaGlobal/las-palabras-pueden-cambiar-su-cerebro-.aspx)
Sí, lo estamos logrando....
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