lunes, 13 de enero de 2014

¿SE CURA EL HOMOSEXUALISMO?



Sobre el homosexualismo del Dr. Jokin.

Siendo que este tema estuvo tratándose de forma pública la venida a Costa Rica del Dr Jokin de Irala a mediados del 2013, me siento en la obligación de aportar algunos hechos de interés al debate, con el propósito de sacar la discusión del plano emocional y llevarla al plano científico. 

Toda la investigación sobre la pretendida “cura” del homosexualismo citada por el Dr Jokin en sus escritos define al homosexual como una persona atraída sexualmente por personas del mismo género. Dicha definición presupone que un hombre es un hombre y por lo tanto no es una mujer y viceversa, y que es posible determinar con certeza si una persona es “hombre o mujer”.

Veamos lo que nos dicen sobre este presupuesto los cuatro descubrimientos más importantes de la sexología contemporánea, en cuanto a la identidad de género. Principio de la multiplicidad. El primero de estos descubrimientos estableció que no somos hombres o mujeres en general, sino que nuestro género está determinado por múltiples factores.

Para simplificar, voy a mencionar al menos nueve:

(1) el género cromosomal (XX o XY),
(2) el género gonadal (testículos u ovario),
(3) el género estructural (estructuras internas femeninas o masculinas),
(4) el género genital (pene o vagina),
(5) el género hormonal (predominancia hormonal femenina o masculina a partir de la pubertad),
(6) el género corporal (características sexuales secundarias masculinas o femeninas a partir de la pubertad),
(7) el género caracterial (actitudes, aptitudes y otros rangos caracteriales y de personalidad femeninos o masculinos), (8) el género de atracción (atracción por los hombres o las mujeres) y
(9) el género personal (género con el cual la persona se identifica, es decir, si se percibe como hombre o mujer).

Esto significa que no somos simplemente “hombres o mujeres” en general, sino que somos femeninos o masculinos en cada uno de los distintos factores determinantes del género.

El Principio de la multiplicidad no pasaría de ser una simple curiosidad científica si los seres humanos fuesen “hombre o mujer” en todos los determinantes a la vez. De ser así, para determinar el género de los “homosexuales” curados por el Dr Joking bastaría saber si tienen pene o vagina.  Sin embargo, un segundo descubrimiento demostró que la realidad es mucho más creativa y variada de lo que esta creencia dualista presupone.

Principio de la independencia. El segundo gran descubrimiento de la sexología moderna estableció que el género de cada factor es independiente del género de los restantes. Veamos un ejemplo sacado de la vida real:

Alfredo es genéticamente masculino (46 XY); con testículos disfuncionales no visibles en el interior del abdomen y estructuras anatómicas internas femeninas; con clítoris, vulva y vagina; con predominancia hormonal masculina; con barba, voz, músculos y huesos de hombre; con personalidad femenina y con preferencia erótica por las mujeres.

Esta persona se considera a sí misma un hombre con genitales de mujer. En relación a su género social, cuando nació se le asignó el género femenino, actualmente es reconocido socialmente de forma despectiva como una “lesbiana marimacha” y es considerado mujer para fines legales.

¿Qué pasaría si este amigo recibiera tratamiento con el Dr Jokin para “curarse” de su homosexualismo? Si el tratamiento funcionara terminaría siendo atraído por los hombres, es decir, por las personas de su mismo género cromosomal. Sin embargo, en las estadísticas aparecería como una “cura exitosa”!

Esto introduce consideraciones morales muy nuevas e interesantes en la polémica, pero vamos a dejarlo aquí para seguir con nuestro argumento central.

Principio de la impermanencia. El tercer gran descubrimiento estableció que el género de cada factor, salvo el cromosomal, puede modificarse a través del tiempo. Así, por ejemplo, el pez australiano Labroides Dimiatus transmuta sus gónadas femeninas en masculinas y viceversa de acuerdo a sus necesidades. Dicho pez vive en manadas de hembras con un solo macho y, como en las manadas sólo nacen hembras, los zoólogos no lograban comprender de dónde salían los machos hasta que, en 1972, el Dr. Roberson aclaró el misterio: cuando muere el único macho la hembra de mayor jerarquía en la manada transmuta su género gonadal, su género corporal, su género hormonal, su género caracterial, su género de atracción y su género social en cuestión de horas, convirtiéndose en el nuevo macho dominante. Pero si otro macho más poderoso de una manada vecina decide pelear por el puesto, el padrote abandona su comportamiento dominante y vuelve a convertirse en una hembra.

¿Qué te parece? ¿No es casi increíble? Y existen muchísimos otros casos tan inverosímiles como el de este pez! Aunque tanta flexibilidad no es posible en los humanos, sabemos que si usted es “hombre”, sus genitales fueron inicialmente “femeninos” y que se convirtieron en “masculinos” a través de un largo proceso de maduración en el vientre de su madre, el cual puede no arrancar o interrumpirse en cualquier etapa del proceso debido a varias razones.

También es posible que el proceso de transformación se inicie en una persona genéticamente mujer. Esto explica que algunos hombres” tengan vagina y algunas “mujeres” tengan pene! De aquí la importancia de esta pregunta: ¿Esas personas son consideradas hombres o mujeres en la investigación utilizada por el Dr. Jokin como fundamento de su trabajo? La respuesta es importante, pues de ella dependerá si son consideradas homosexuales o heterosexuales! Veamos que más nos dice sobre esto la sexología moderna.

Principio de la indefinición. El cuarto gran descubrimiento de los sexólogos estableció que el género de los distintos factores no puede definirse en términos de categorías discretas. Es decir, que no siempre será posible denominar a una persona “hombre o mujer” en cada uno de los factores determinantes, puesto que existen estados intermedios: conozco personas con un cromosoma masculino y uno femenino (47XXY) y otras que no tienen cromosoma sexual (45X); conozco personas con ovarios y testículos, a otras sin ninguno de los dos y a otras con una combinación de ambos; conozco personas sin estructuras genitales internas, o con la presencia de estructuras de ambos géneros o con una combinación de ellas. Por último, conozco personas con genitales femeninos y masculinos al mismo tiempo y otras con estructuras genitales indefinidas.

Por supuesto, el principio de la indefinición se cumple con mayor razón en el resto de los factores, los cuales están más condicionados por factores sicosociales que por factores biológicos. De hecho, una gran parte de mi trabajo como sexólogo consiste en mejorar la calidad de vida de personas con problemas de indefinición del género caracterial, el género sexual y el género personal.

Volviendo al argumento central, el punto a destacar es que la unión de estos cuatro descubrimientos permitió a la sexología moderna una comprensión totalmente nueva de la realidad del género, y por lo tanto del homosexualismo”, a partir de la cual se inició una revisión de toda la investigación existente sobre el tema. Dicha comprensión se ha resumido en una ley, la cual dice así:

Ley del continuo del género: siendo que existen varios factores determinantes del género, que los mismos son impermanentes e independientes entre sí, que no pueden ser divididos en dos categorías discretas y que no existen criterios científicos que permitan escoger uno o un grupo de dichos factores como elemento definitivo para asignar el género, se concluye que el género de los seres humanos está constituido por un continuo de posibilidades infinitas, dentro de las cuales el “hombre” y la “mujer” son solamente los extremos.

De esta ley se derivan conclusiones muy importantes. Aquí expondré solamente las que tienen mayor relevancia para el tema que nos ocupa:

1- Siendo que el género está constituido por un continuo de posibilidades infinitas, la división de los seres humanos en dos géneros distintos, exclusivos y permanentes ”hombre o mujer”, es una división cultural arbitraria, que no pertenece al orden de la naturaleza y que es insostenible desde el punto de los hechos demostrados por la ciencia.

2- Siendo que no es posible determinar con certeza quién es “hombre” y quién es “mujer”, tampoco puede determinarse con certeza quién es homosexual, heterosexual o bisexual. No tengo que explicar mucho sobre las consecuencias de esta ley. Basta con decir que toda la investigación científica utilizada por el Dr. Jokin como fundamento de su trabajo, sin tomarla en cuenta, debe ser desechada por falta de rigor científico.

Invito al Dr. Jokin y su defensor en Costa Rica, el Diputado Orozco, a responder a este argumento desde el campo de la ciencia y no desde una perspectiva puramente emocional. Además les invito a que nos respondan esta pregunta antes de seguir hablando y discutiendo sin fundamento sobre homosexualismo: ¿Qué es un hombre y qué es una mujer?

Si no se atreven a responder por este mismo medio, reto a dicho doctor a hacerlo en su esperada charla y al diputado Orozco a hacerlo desde su curul. Y si no responden allí tampoco, mejor que ni pierdan el tiempo exponiendo sus ideas, pues en Costa Rica ya estamos enterados de que sus propuestas no tiene fundamento científico y de que ni siquiera ellos mismos saben si están “curando” o más bien están “creando” homosexuales.

En todo caso, lo importante es que ya está demostrado científicamente que el homosexualismo solamente existe como fenómeno social y que fue creado por creencias culturales que irán desapareciendo poco a poco, de la misma forma que desapareció la creencia de que los seres humanos estábamos divididos en “rasas” distintas dependiendo del color.

Por eso en sexología se considera que el mismo concepto de “homosexualismo” es un concepto “racista” que atenta en contra de los derechos humanos fundamentales.

Cuando la Ley del Continuo del Género sea universalmente aceptada, desaparecerá el homosexualismo sin necesidad de terapia ni medicamentos! Entonces viviremos en un mundo más justo y acorde a la naturaleza, en donde no sólo se aceptará sino que además se alentará el arco iris del género.

Mientras tanto, amigo lector o lectora (?), deténgase cuando se descubra juzgando y castigando a las personas diferentes. Porque ellas tienen derecho a ser sí mismas y también fueron hechas a imagen y semejanza de Dios, quien, según la misma Biblia, "hombre y mujer los hizo".

Más información sobre este tema próximo miércoles a las 7:30 pm y en mi libro Las 100 Preguntas y el arcoíris del género.


Javier Francisco Ortiz
yogaparaelalma@gmail.com

CONSULTA PRIVADA 22245806

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