martes, 31 de mayo de 2011

La grandeza del perdón y la gratitud.

Esta es una reflexión a partir de una charla impartida por Francisco, profesor de Yoga de la Tierra el miércoles 18 de mayo del 2011. Es una disertación participativa donde hablamos, reflexionamos y discutimos temas asociados a el énfasis del ejercicio y la meditación de cada semana.  Esta charla del miércoles pasado fue una de las que más me llegaron por contener un mensaje muy revelador, porque planteó temas asociados a una realidad de mi pasado y de las que me quedaron reminiscencias que me tocaron profundamente.

Creo que cada discurso de Francisco, en estas clases “teóricas” de yoga, puede ser canalizado por la percepción de cada quien, de manera yo hago mi interpretación personal y mi lectura con lo que rescato a partir de los recuerdos y sentimientos que me provocó el tema de la semana que era "el don de la frescura".
Desde ese punto de vista puedo decir que fue un mensaje que me caló profundo porque canalizaba muchas cosas vividas del pasado, y de las que ya creo que se sanaron con el devenir del tiempo y por el olvido.

Recuerdo que el ejemplo de herida cerrada provenía de mi infancia, y de los recuerdos un poco traumáticos que me produjeron una educación a la antigua, con castigo físico incluido.

Esto me produjo muchos desencuentros posteriores, que solo con el crecimiento de la conciencia y al definir capítulos más importantes o prioritarios de la personalidad, hicieron que poco a poco se me olvidaran.

Sin embargo un día tuve que hablar con mi madre sobre el porqué tanto rigor, y tanto castigo que me parecía innecesario para un chico que en realidad era súper bueno.

De cierta manera esperaba una disculpa, que me pidiera perdón, y ansiaba esa respuesta para sentirme que cerraba un capítulo negro de mi pasado.

Ella no pudo hacerlo, y de hecho me dijo que para ella esa era la forma corregir y educar que conocía, la que aprendió porque a ella se la habían aplicado de igual manera.

Recordé toda la historia del pasado de mi madre. Una niña que había quedado huérfana a los cinco años, que había sido recogida por unos tíos que solo la dejaron llegar al segundo grado de escuela, la educaron con rigor en “cosas del hogar”, para ser una especie de empleada doméstica gratuita, y que había pasado años de explotación y abuso.

Yo me desarmé, o me desarmó este argumento tan de su realidad. En adelante eso lo tomé como su forma de disculparse, yo lo asumí como el perdón que yo necesitaba y que me cerraría esos capítulos oscuros del pasado que estropearon una parte de mi infancia.

Todo esto dice mucho de la capacidad de auto reparación del alma, y de esa elección de la que es capaz; perdonar para sanar, disculparse para superar etapas, olvidar para poder avanzar, en fin, canalizar las nuevas energías sobre una base clara y no arrastrar con el lastre del pasado hacia el porvenir. Es el poder reparador del alma, que es posible solo si la dejamos libre de obstáculos mentales y de la personalidad.

Hoy me vino a la mente, muy claramente que este mensaje reparador es profundo y se puede extrapolar hacia más personas, grupos, culturas, sociedades. Hay una especie de alma inconsciente y colectiva que se expresa en cada cultura particular.

Necesitamos creer que vivimos en una sociedad estructurada y que hacemos las cosas para bien, y no es así, hay demasiadas cosas malas.

Al igual que mi madre, si hay una historia de sufrimiento o abuso, no se puede esperar una buena respuesta de ella, la Tierra. Como se puede ver, asocié directamente la historia personal de mi madre con la de la Tierra. De manera que ésta ya manifiesta signos psicosomáticos y físicos de enfermedad. Ya hay gente muy consciente de esta historia de desidia, y que también esta consciente de lo insostenible de esta forma de relacionarnos con ella.

Algo que me resulta claro es el poder del mensaje de Francisco y como puede extrapolarse o llevarse a otros niveles. Y creo que es el gran potencial que contienen sus ideas. Toda esta semana se me ha ido pensando en eso y otros detalles que poco a poco he ido juntando en una idea que tengo que describírtela porque sencillamente no puedo dejármela para mí.

Estos pensamientos, en un inicio dispersos, los puedo resumir de la siguiente manera:

Ya hay que informar a las diferentes culturas sobre el surgimiento de una nueva era de paz, en forma encadenada, es decir que se aprovecha la sinergia y el poder del mensaje para que la invitación a esta celebración no sea concentrada y de un solo origen.

Me explico; nosotros fuimos donde los malekus a pedir disculpas, estas disculpas están llenas de una gran gratitud y sinceridad, que es lo que de hecho las hace fuertes y creíbles.

Los malekus y nosotros invitamos a los islandeses a venir, en adelante los islandeses informaran a los nativos de una cultura hermana, por ejemplo los nativos samis de Noruega, y una cultura distante o remota. Por ejemplo los bereberes. Será una invitación reparadora con un mensaje implícito de gratitud o de perdón, o de ambas si así se requiere.

Esta es una dinámica que va ha ser que la convocatoria sea más grande e impredecible de lo que nos pudiéramos imaginar. Tendríamos que ser informados de todos lados para que no haya repetición en las invitaciones y si la hay, se debe delegar la invitación a una tribu o cultura hermana.

Toda esta gente debe ser recibida en el país, y ya habiéndose hermanado o tenido contacto con anterioridad surgirán nuevas e impensadas relaciones. Serán acogidos en Costa Rica por sus hermanos en el país, los malekus recibirán a los islandeses, a los samis y a los bereberes. Así sucesivamente.

No sé cómo me he llegado esta información y es que de alguna manera estoy totalmente conectado con la visión del Día Uno.

Una noche de estas pensaba que tal vez era una cuestión de la mente que yo me había hecho de tanto elaborar la página web. Y de hecho me dije que necesitaba una verificación, y por alguna razón se me vino esta idea de una manera contundente: hay un detalle de la reunión alrededor del Lago Coter que no había contado porque no me pareció relevante, y es que en medio de nosotros apareció una bella mariposa blanca de cola larga, yo la vi, pero parece que nadie más la vio o reparó en la maravillosa mariposa que pasaba frente a nuestros ojos.

Esta fue una visión mágica que me quedaría grabada en la retina como un recuerdo muy personal. No entiendo bien como se relaciona esta imagen con lo que describí anteriormente. Pero es la que me vino a mi mente cuando demandaba que hubiera una verificación. Es volado, yo lo sé, pero esto no es nada con lo volado de sus visiones (las de Francisco).

G.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias, Guillermo por tus reflexiones.

    El domingo estaba en el Museo Nacional escuchando la Banda Nacional y la celebración de Aniversario de la Unión Europea. Tocaban el himno de la Unión Europea, que no es ni más ni menos que el Himno a la Alegría de Beethoven, quien a su vez, se había inspirado en el poema de Schiller.

    Ese himno significa mucho para mí y sería la culminación del día en que en verdad logremos actuar todos como hermanos habitando todos en nuestra Madre Tierra, cuidándola como se merece. Por algo la palabra ecología tiene como raíz oikos, del griego hogar.

    En fin, cuando escuchaba la melodía y las palabras en mi mente ...en que los hombres volverán a ser hermanos... atravesó, sin más ni más, tranquilamente entre el público, exhibiendo sus bellísimas alas azules, con ese movimiento tan característico de su forma de volar, hacia un lado primero y luego hacia el otro, como dando saltitos, una mariposa Morpho. Verificación clara para mí, porque la Morpho me aparece únicamente en ocasiones muy especiales.

    Ya ves, Guillermo, hemos tenido una doble verificación. Todo es perfecto.

    Un abrazo a vos y a Francisco, por toda su labor.

    Ana Pacheco

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  2. Hermosa reflexión Guille, gracias por tus palabras!

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