domingo, 17 de marzo de 2013

A propósito del homosexualismo (en Costa Rica)


Escrito que hice como resultado de una invitación del Dr. Francisco Javier Ortiz para opinar sobre el polémico tema de la homosexualidad y en respuesta a una carta enviada a él de manera pública a través de un correo abierto. (la carta la transcribo al final pero elimino firma)


Permítame la intromisión en el tema que ustedes abordan, aunque por lo que veo don Rafael no quiere que esto termine en “una colosal cantidad de correos muchos de ellos bastos y ramplones”. Don Javier Francisco consideró que este es un tema que puede generar un debate interesante por lo que nos envió su carta para que de alguna forma podamos también aprender de cada uno respetando sus opiniones. Voy a ser vasto y espero no se me califique como ramplón. 


“…la mayoría calla más”


Me llaman mucho la atención varias frases de su carta sobre las que me gustaría comentar, (aunque sea partiendo del final de la carta,) entre ellas que; cada día que pasa veo que la mayoría calla más mientras que las minorías desean imponer afanosamente sus particularidades”. Los subrayados  son míos ya que creo que el señor hace estas afirmaciones en el contexto de varias cosas que hoy se discuten y que están latentes en nuestra sociedad.


Antes de iniciar me gustaría decirle que posiblemente esa percepción se debe a que ya no todos los medios de comunicación están en manos de los poderosos, llámese gobierno o grupos de poder. Ahora también cumplen una función muy importante las redes sociales. Por tanto, ya no hay un solo discurso uniforme y programado, sino que han surgido estos ámbitos alternativos cuyos alcances apenas se están empezando a conocer.


Este es un asunto que hoy distingue la comunicación humana, que la ha dinamizado y que se ha vuelvo el medio por excelencia para conocer realidades alternativas. Las redes sociales se han convertido en un medio de comunicación, expresión e interacción con mucho más impacto que muchos medios masivos prensa. Este contrarresta en inmediatez, afinidad, actualidad y cercanía lo que los medios de comunicación globalizados han construido como “encargados de sostener un imaginario global dirigido principalmente al control social”. (1) De hecho hay muchos temas “calientes” están teniendo cada vez más penetración y lo hemos comprobado con el tema que usted nos expone que está en boga por varias razones. Lejos de ser negativo las redes sociales lo que han hecho es enriquecer el conocimiento, socializarlo y hasta mostrarnos otras alternativas de la cultura. Para muchas personas, grupos sociales, e incluso sociedades de países completos, estos medios han abierto la posibilidad de ejercer realmente el Derecho Universal de Libre Expresión que se les había sido negado.


Hasta hace pocos años los gobiernos, pero sobre todo las grandes corporaciones eran las encargadas de administrar y regular el flujo de información que como se comprueba cada día está fundamentada en una cultura del miedo. De hecho todavía dominan al común de la sociedad. “La mayoría que calla” está amparada a un estado de las cosas muy conveniente; una sociedad que mantiene incorporada una “seguridad ciudadana” basada en el que seamos un rebaño de dóciles consumidores, fieles trabajadores amantes del concepto de  familia como célula básica de la sociedad  y del matrimonio como la unión estable entre un hombre y una mujer, (elementos que configuran el pensamiento mayoritario de los que constituyen “la mayoría (que) calla más”).

En la sociedad está instalada en el mismo inconsciente colectivo y gracias a estos medios masivos una “cultura del miedo”, si lo ves hay una superestructura que enfatiza en lo punitivo, el castigo, la penalización y el pecado. “El miedo paraliza, impide pensar y mucho menos criticar; y esto lo saben muy bien los poderosos.”  (2) De hecho nuestra cultura apunta a una población “sumisa, domesticada y apática” que se conforma con una vida estructurada, de rutinas y convenciones, que para mucha gente se convierte en un sistema opresivo. La norma de comportamiento deseable para esta sociedad es por lo tanto que tengamos una vida diseñada para que estemos conformes siendo heterosexuales, de clase media y ojalá seamos blanquitos y católicos. Si lo ves, en nuestro medio hay una moral muy costarricense, muy del “Valle Central” que prefiere sobre todo mantener los cánones de la decencia, las buenas costumbres y las conveniencias sociales, pero desea a la vez que todos nos acomodemos a la norma para no tener que llegar a ser intolerantes con quienes no “son así”. Esas son "las minorías incómodas" para quien goza del confort de que su idiosincrasia no la cuestione nadie.


Esa cultura del miedo ha sido cuidadosamente instalada en nuestro subconsciente de manera que ya no hay que crear grandes campañas de alerta sobre el peligro siempre latente de que hay minorías que desean imponer afanosamente sus particularidades. Si lo vemos, por todo lado saltan como policías los guardianes del orden moral, que ven riesgoso que todos los ciudadanos puedan contar con los mismos derechos en igualdad de condiciones. Y si no es por este hecho también surgen polizontes que más bien vigilan atentos que todo esté de acuerdo a las medidas de los mandatos de su moralidad y hasta lo que cada uno hace con su cu…erpo.


Las redes sociales son las que han aportado la mayor cuota de discernimiento, son un medio alternativo de información que nos permite cuestionar, analizar y comparar. Los medios de comunicación más fuertes ya no pueden hacer oídos sordos a ese debate y crítica. Lo que más desean quienes prefieren mantener este control social es que incorporemos y nos impongamos a nosotros mismos el “silencio del enemigo interno”, (3) que es el que prefiere mantener el bienestar  supremo de un estado de confort que subyace en el imaginario colectivo.  Es el silencio que transforma las decisiones personales en cuanto a “una forma de vida diferente” en epidemias sociales. Es eso que visualizamos como peligroso porque  algunos “desean imponer afanosamente sus particularidades”. Es el que el que estigmatiza a las minorías asociándolo a delitos como “abusos sexuales, violencia sexual familiar, prostitución, alcohol, etc”. Es lo que deseamos que no se considere un derecho humano, que no se visualice, que no proteste ni haga berrinches, porque todo eso es contra natura y también contra cultura.


¿Podemos tratar la homosexualidad, la eutanasia y la zoofilia con indulgencia?

Esta es una pregunta que deduzco cuando usted hace el comentario de que…“Será que también en un futuro no muy lejano, se tratará la eutanasia y la zoofilia con indulgencia? porque ellos también merecen un trato justo y tienen derechos humanos”.


Su carta se inscribe en una realidad nacional y es que se debatiendo en el tema de si los homosexuales merecen o no gozar de Derechos Humanos y si este “beneficio” no nos empujará como sociedad a tolerar “la eutanasia y la zoofilia con indulgencia”. Era de esperar que surgieran “los mismos guardianes por temperamento o por rutina de las ortodoxias ideológicas” y que hayan partidarios de la congelación del orden jurídico para puedan gozar de los privilegios de una arbitrariedad impostada. Esto se manifiesta de una manera clara y evidente en hechos como los que dominan recientemente la política nacional; algunos de ellos son: la instalación como presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de un diputado intolerante, homofóbico. Que haya habido una la declaratoria de interés público otorgada a un Congreso de Bioética en que uno de los conferencistas principales es un expositor que afirma que la homosexualidad es una enfermedad. Tal vez por ello a usted le haya tocado ver muchas argumentaciones en pro y en contra de estos temas.


Lo que hoy llamamos Derechos Humanos y que todos disfrutamos fue conquistado con mucho dolor y sangre. No sabemos si serán eternos, más bien parecen frágiles y es necesario que los comprendamos y conozcamos para defenderlos día con día. La expresión más notoria (y a la que muchos incomoda) de esta conquista es el Artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948): “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.


Esos que llamamos derechos humanos se ha universalizado con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y con los Pactos Internacionales de Derechos Humanos de 1966, desde entonces han alcanzado una gran importancia en la cultura jurídica internacional. En las últimas décadas se incorporaban los conceptos de dignidad humana, derechos de la mujer, derecho a la educación, a la libertad de expresión, etc., casi todos resultantes de luchas contra los estereotipos, la falta de libertad, la negación de la igualdad de oportunidades, la exclusión de la vida política, la falta de acceso a la educación, la exposición a la violencia social y familiar, etc. 


Usted dice que “no deseo que la opinión de una minoría sea considerada como voluntad universal”. Esa es una cuestión totalmente vigente y uno de los asuntos más complejos e importantes que desafían la construcción de la sociedad global del futuro. Las minorías existen en todas las sociedades y parece que por su comentario lo menor sería que no tuvieran opinión. Muchas son las minorías que exigen sus demandas de reconocimiento y ejercicio de derechos. Las minorías sin embargo son un fenómeno social inevitable y de los más explosivos y dinámicos. La perspectiva de una sociedad estática está sobrepasada por el hecho de que las minorías reflejan una compleja diversidad, y la diversidad en temas de sexualidad es muy compleja tal y como el Dr. FJ Ortiz lo explicaba.


Ahora cabe preguntarse si al poner usted a la homosexualidad, la eutanasia y la zoofilia en un mismo rango de valor no estará usted haciendo una manipulación falaz de un argumento que no se puede sostener de manera coherente y con un mayor grado de solvencia intelectual. Porque sinceramente ofende que se coloque por ejemplo el tema de la homosexualidad y la zoofilia en la misma categoría grosera e inadmisible. Eso sí es ramplón.  


La discriminación es el aspecto central en la cuestión de las minorías, esas generalizaciones se llaman falacias de envenenar el pozo, o a lo tico; embarrialar la cancha. Esta es una maniobra que como es de prever va dirigido contra la persona que vive esa realidad, no hacia sus razonamientos. Al revolver asuntos polémicos tan distintos pero que no tienen relación se crea la falsa idea de que todos esos comportamientos son degradantes y monstruosos, cuanto la realidad es que son temas que se tienen que poner en discusión en ámbitos distintos.


Que haya habido una la declaratoria de interés público otorgada a un Congreso de Bioética en que uno de los conferencistas principales es un expositor que afirma que la homosexualidad es una enfermedad fue muy discutido por los diferentes actores de nuestra sociedad y con contundencia según fallo de la Sala Cuarta “deviene irrazonable una declaración de interés público de una actividad en que una conferencia revierte en una estigmatización de un sector de la población y un potencial daño a su salud, amén que su base científica es altamente cuestionada por falta de sustento”.

La Defensoría de los Habitantes también denunció “con indignación y vehemencia esta acción de nuestras autoridades” porque “ninguna autoridad de nuestro país le ha preocupado hasta ahora estar fomentando semejante lluvia de estigmatizaciones, prejuicios e intolerancia.”  

También se argumentó que se da un mensaje contradictorio al afirmar en el exterior que “Costa Rica abraza la tolerancia, el respeto y el apoyo a los derechos humanos; y habla de respaldar reivindicaciones de derechos para las poblaciones sexualmente diversas, pero en la realidad “doméstica” del país, estas situaciones demuestran todo lo contrario.”


Estos hechos que para “la mayoría que calla” les hubiera parecido normal e intrascendente se vuelven temas álgidos ya que a esta altura de la evolución humana es inaceptable que un estado de derecho tenga un doble discurso en cuanto a Derechos Humanos. La Defensoría afirma que “Costa Rica tiene un puesto en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y que ese espacio debe honrarse conciliando discurso y realidad; diciendo y haciendo lo mismo; dando el ejemplo.”

“…hay que ser "evolucionado" y aceptar…”

Hoy se acepta que “el primer paso para la obtención de los derechos de un grupo minoritario es su reconocimiento. Su no reconocimiento es por tanto una agresión que conduce generalmente a la violencia”. Se sabe que la intolerancia y el irrespeto fueron causa de violencia y devastación de muchas sociedades. 

Esto es lo que deberíamos evitar y en Costa Rica podemos ostentar que recurrimos como prioridad a la búsqueda de mecanismos pacíficos y constructivos en vez de la violencia. Aquí lo que prima, eso sí, es la violencia verbal y la chota pero también y a pesar de todo el pensamiento no es estático y que las sociedades, aunque no se quiera, evolucionan. 


Usted dice que; “Para calzar en la sociedad actual y hablo de Costa Rica, donde siempre se hace eco de todas las nuevas tendencias mundiales y todo queremos imitarlo, hay que ser "evolucionado" y aceptar que hayan personas del mismo sexo que se besan pública y plácidamente frente a niños que no entienden por qué ocurre eso?”


Son muchas las “tendencias mundiales” como usted las denomina, las que ha adoptado en país, haciéndolo que seamos una nación (en general, y aunque podamos cuestionar sus alcances) democrática, pluralista, pacifista y respetuosa de los Derechos Humanos y de su ecología. Otras tendencias nos han marcado el camino para buscar la consolidación de mecanismos pacíficos y constructivos para la resolución de los problemas de las minorías. Su reconocimiento inhibe la supresión de sus derechos, configura una sociedad cuya sana convivencia la enriquece, y aunque lento, avanza hacia una democracia que busca los mecanismos para proteger a sus minorías. Esto va más allá de una simple “tolerancia” ya que al utilizar este término “hay un “criterio de diferencia” que rechaza al principio de igualdad. La simple tolerancia para una sociedad implica que estas minorías sean  invisibles y de lo que se trata al fin es que todos gocemos de una ciudadanía plena.


Yo creo que no se le puede pedir peras al olmo, yo tengo mis años producto de esos padres que eran rígidos, porque acogían las normas sociales cuyas ideas ahora me parecen muy puritanas y limitadas, sé que ellos ya no van a cambiar su mentalidad e igual muchos de nosotros, sin embargo siempre me han tratado con amor e indulgencia. Por eso no creo que todos podamos pregonar que tenemos un pensamiento "evolucionado".  Conozco a muchos cuya rigidez en el pensamiento y la acción les hace moldear la realidad para que también sea rígida, por lo tanto no es esperable que la flexibilidad mental se les dé. Por lo tanto la sociedad también refleja todos los grados de evolución de su pensamiento. Para el ser humano el pensar es una de las actividades que provoca más felicidad. Cada nueva forma de ver y repensar la vida puede también develar su misterio. Dichosamente no todo está escrito, y hay material para que cada ser humano pueda plantear su existencia y la de su sociedad de una forma diferente. Luchar por ser auténtico y original es también abrirse campo, aunque sea a codazos, a ser fiel a sí mismo, a amarse como se es y a considerar al prójimo, ya que no todos calzamos tan solventemente en la idiosincrasia que usted defiende.


No sé porque proyecta la rigidez en el pensamiento a los niños cuando dice “…y aceptar que hayan personas del mismo sexo que se besan pública y plácidamente frente a niños que no entienden por qué ocurre eso?”. Este es otro supuesto engañoso; hay algo que se llama plasticidad cerebral con la que nacemos y que algunos neurólogos consideran que es el momento de abrir las ventanas de oportunidades que, de acuerdo con las investigaciones, no se extienden más allá de los diez o doce años de edad. Este es el momento en que se trazan cierta clase de senderos neuronales. Lo importante en esta etapa es el trato amoroso, “cuando un niño se siente amado y querido, su cerebro produce altos niveles de serotonina, lo cual aumenta el número de conexiones o sinapsis”. 

Conozco muchos casos, incluso casos muy tristes, de padres y personas heterosexuales que agreden de palabra o físicamente a niños. Porqué la pregunta no es más bien; “porqué debemos aceptar que hayan personas heterosexuales que agreden física y psicológicamente a los niños, que no entienden por qué eso ocurre”. Pero creo que esa pregunta no tiene relevancia en nuestro confortable estado de evolución. La capacidad cerebral de un niño se define, repito, cuando se siente amado y querido, no cuando ve a otras personas besándose. Para muestra le puedo decir que toda mi infancia y adolescencia lo único que vi fue parejas heterosexuales besándose y eso no tuvo la menor relevancia en cuanto a definir mi vida emocional y sexualmente. Pero entiendo su preocupación, solo que en esta cultura del miedo es más horroroso el hipotético trauma de un niño que vio un beso que las decenas de casos de agresiones y abuso físico, psicológico y sexual que llegan al Hospital de Niños y al PANI. 
 

Le voy dar otro ejemplo de que la rigidez mental es la que nos atiza el miedo. Tengo un amigo tico que se hizo ciudadano islandés. Me contaba que desde 1940 se anularon todas las leyes que discriminaban a las parejas del mismo género en Islandia, y para 1996 el matrimonio entre homosexuales dejó de considerarse como un delito, por tanto ya todos son ciudadanos plenos con los mismos derechos y obligaciones. Es quizá uno de los países del mundo más tolerantes en materia sexual, tanto así que los mismos habitantes del país, al enfrentar la mayor crisis financiera de su historia con la quiebra de todos los bancos del país, eligieron a una mujer declarada abiertamente homosexual, Johanna Sigurdardóttir que fue elegida por la contundencia de sus atestados en el año 2009, por considerarse "la política más respetada y digna de confianza del país" según 'The Huffington Post'. 

La orientación sexual de Johanna Sigurdardóttir, expresamente visible a través de los medios de comunicación pareció importarle muy poco a los islandeses según la prensa, y debido a como enfrentó “la recesión sumada a las intensas protestas por el debacle económico, ha permitido que paradigmas como éstos (su condición de gay) quede en el olvido.”

Este país está entre los primeros, número 14, en el índice de desarrollo humano incluido en el Informe sobre Desarrollo Humano 2011 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), publicado el 14 de marzo de 2013 y compilado basándose en estimaciones de 2012, esto debido a la crisis pero estuvo en el primer puesto hace unos años. Mi amigo me cuenta que el “Gay Parade”, es casi una fiesta nacional en la capital, y que todas las familias llevan a sus niños para que disfruten de ese divertido carnaval. No hay nada que indique que por ver un beso o ir a un carnaval los niños sufran traumas psicológicos.


Por último y debido a que me he extendido mucho le puedo decir, con base en mis años de experiencia, (ya son varias décadas), que he conocido a mucha gente en mi vida, pero; las personas más seguras de lo que son, las más realizadas con su vida, las que se muestran confiadas, íntegras y optimistas son también las más tranquilas, solidarias y felices. Son pocos o nada propensas a los prejuicios, los menos recelosos y ofuscados por la vida ajena. Casi nunca se erigen como abanderados del control social y menos a enrolarse como policía de la cultura del miedo. ¿Con qué necesidad?

Si sé, que no hay nada que hacer cuando la ortodoxia y el fundamentalismo ideológico o religioso es tal que ya la persona responde como un autómata, ahí sí que no hay argumentación posible. Algunas veces sucede que hay un gay enclosetado, que vive en una negación y frustración tal que también asume esos roles que indiqué antes, para ellos también tenemos compasión.


Solo le puedo decir que es sumamente sano buscar su propia felicidad, aunque esto sea difícil, el ser humano es el ente que necesita ser feliz. No creo que esta pretensión esté arraigada en lo que otros experimenten, tampoco en la aspiración de que la sociedad en que vivimos se acomode a nuestra idea de perfección. Si nos desprendemos de esas cargas aligeramos la agenda, de paso podemos encontrar espacios de silencio y encuentro interno. La felicidad muchas veces está en tu mismo interior, en poseer armonía consigo mismo. Revísate y comprueba que depende de la fidelidad a su propio ser y de la realización de las potencialidades más elevadas del ser humano: su espiritualidad, su inteligencia y su voluntad. Que no se nos escape porque “el tiempo propio de la felicidad es el presente”. “Sólo cuando la mente se ha vuelto sensible y sencilla es capaz de recibir aquello que es la verdad. Es sólo entonces cuando puede haber felicidad; porque la felicidad no es un fin, es la expresión de la realidad” decía Krishnamurti.


Realizarse y ser feliz estriba en el bienestar del alma, y sucede que si tenemos un hueco en el fondo de la vida vemos con desconfianza la franqueza y determinación del prójimo. Descubre tu interior y podrás hallar la quietud y la paz de un universo. Para lograr esos hallazgos yo he tenido que perdonar el pasado. Perdonar es una energía que vibra en ambos sentidos. Muchas veces el perdón que nosotros ofrecemos es el que necesitamos para superar etapas. 

Sea compasivo, la compasión “aceptar el proceso del otro y respetar sus tiempos”. (Según Matías de Stéfano). Según Jiddu Krishnamurti no es lástima, no son actos caritativos o reformas sociales, la compasión implica pasión por todo. “A un nivel más profundo, la compasión es descubrir que bajo todos los disfraces que tanto yo como el otro interpretamos, está el Ser, la Vida sin límites ni forma, el Amor puro que somos. Alguno le llama “ver la luz”. Ver su Verdad. Ver tu Verdad.”

Guillermo Chaves.









Estimado y apreciado profesor Javier:


Recibí la semana pasada dos correos suyos donde manifiesta su punto de vista en relación al tema del homosexualismo. Como antiguo alumno suyo me dirijo a usted en la misma manera que me llegó dicho correo. Así mismo, según experiencias de personas que externan su opinión a través de estos medios, sean de una u otra camarilla, suele suceder que luego reciben de vuelta una colosal cantidad de correos, muchos de ellos bastos y ramplones, pero no importa. Vale la pena manifestarse tan abiertamente como usted lo hizo.

Su opinión acerca del tema ha de ser respetada, de igual forma que quisiera que la mía también lo fuese, sin embargo, he de declararme contrario a las nuevas tendencias mundiales para tratar la cuestión del homosexualismo. Primero que todo, por respeto a las creencias de la mayoría de la población - que no somos homosexuales ni apoyamos esta tendencia - no deseo que la opinión de una minoría sea considerada como voluntad universal. Como usted bien sabe, en este país, aquél que no apoye esta preferencia, es inexorablemente calificado como homofóbico o intolerante. Se es o no se es. No hay lugar para una posición neutra.


De acuerdo a las nuevas posturas que expone la psicología actual, al menos así entiendo las declaraciones que nos llegan del Colegio de Psicólogos de Costa Rica, se considera al homosexual como una persona con hábitos tan naturales y normales, tanto como mi madre llevó integramente su feminidad o mi padre su reciedumbre. Y la opción de razonar para tratar este nuevo segmento social casi como un tercer género, no es del todo deleznable.


Todo eso me hace pensar en lo siguiente: Si fuera tan propio de la naturaleza, se habría repoblado este planeta con el tercer género? Se habrían extinguido por inanición porque biológicamente la especie humana no puede reproducirse entre dos personas del mismo género. La propia naturaleza habría creado tres géneros? En las escuelas todavía hoy día se enseña que en el reino animal sólo hay dos géneros. Y si existía un tercer género desde tiempos premesiánicos, porque tenían que actuar en la penumbra? qué cosa tenían que ocultar? ¿es esto un modismo? lo pregunto porque hace 40 años no existía este asentimiento. Para calzar en la sociedad actual y hablo de Costa Rica, donde siempre se hace eco de todas las nuevas tendencias mundiales y todo queremos imitarlo, hay que ser "evolucionado" y aceptar que hayan personas del mismo sexo que se besan pública y plácidamente frente a niños que no entienden por qué ocurre eso? Cómo habríamos reaccionado nosotros siendo niños si hubiésemos visto a nuestro padre besarse con otro en la calle? Es que acaso ese trauma no vale? Hay una explicación biológica para este comportamiento o más bien, se trata de adaptar o configurar la teoría biológica a esta situación para procurar un basamento científico que le de validéz y suene menos deplorable? Quiénes son los que investigan? Qué atestados tienen? Será que también en un futuro no muy lejano, se tratará la eutanasia y la zoofilia con indulgencia? porque ellos también merecen un trato justo y tienen derechos humanos.


Como profesional que soy, ajeno a estas hipótesis modernas, me pregunto además, ¿quién debe ser responsable por los abusos sexuales que se han cometido a través de la historia y que terminan considerándose en unos casos una justificación para el homosexualismo? llámese, violencia sexual familiar, iglesia, prostitución, alcohol, etc. Qué leyes los amparan? O también acá se cumple aquello de que los derechos humanos son sólo para los victimarios porque la víctima ya no existe?

Le agradezco el tiempo empleado en leer estas líneas, pero es que cada día que pasa veo que la mayoría calla más, mientras que las minorías desean imponer afanosamente sus particularidades y se nos hace más difícil abrirse camino en esta sociedad.




Lecturas recomendadas:

1-2-5. La cultura del miedo.  Álvaro Cuadra.

3- La cultura del miedo. Noam Chomsky. Traducido por Jain Alkorta y revisado por Deborah Gil, marzo de 2001 

4- Defensa de la causa. Miguel Concha

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE SUENSEÑANZA.  KRISHNAMURTI

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